De verdad muy pero muy interesante. Recientemente científicos de Estados Unidos detectaron por primera vez moléculas de agua sobre la superficie de un asteroide.
Y suena bastante impresionante pero ¿por qué nos debería importar? Bueno este tipo de descubrimientos nos dan pistas de cómo llegó el agua a nuestro planeta y en qué parte del Sistema Solar podría haber agua. Como un mapa para buscar vida potencial.
Primero lo primero… ¿cómo le hicieron? Bueno pues científicos del Southwest Research Institute, en Texas, analizaron datos del Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA), que ya está retirado.
Le echaron ojo a 4 asteroides ricos en silicatos usando un instrumento llamado FORCAST. Esto les permite aislar y detectar las firmas espectrales del infrarrojo medio, que son indicativas de agua molecular.
Sí sí, lo explicamos. Las firmas espectrales son como huellas digitales que radiación que emiten distintos elementos. Cada superficie interactúa con la radiación de una manera diferente, absorbiendo unas longitudes de onda y reflejando otras.
Bueno pues encontraron este tipo de huellas de agua molecular en dos de los asteroides estudiados, llamados Iris y Massalia.
Pero además de ser increíble ¿por qué esto nos interesa? Vámonos por partes. Los asteroides de silicato secos se forman cerca del Sol y mientras que los compuestos pos materiales helados se forman más lejos.
Si entendemos la ubicación de los asteroides y sus componentes, podemos entender cómo se distribuyeron y evolucionaron los materiales en la nebulosa que dio vida a nuestro Sol y todo el sistema a su alrededor.
Si además de eso, entendemos como se distribuye el agua en nuestro sistema solar, podemos dar una idea de cómo se distribuye en otros sistemas solares y podría servir como un mapa para buscar vida potencial, tanto en nuestro sistema como mucho más lejos.
De acuerdo con la investigación, en los asteroides el agua puede unirse a minerales, absorberse en silicatos y quedar atrapada, o bien, disolverse en vidrio de impacto de silicato.
Con el paso del tiempo y las investigaciones, la humanidad ha detectado agua en la Luna, el satélite natural de nuestro planeta.
Por allá de 2020, el observatorio SOFIA confirmó la presencia de agua en la superficie de la Luna iluminada por el Sol.
Esto permitió entender que el agua puede distribuirse por toda la superficie lunar y no solo en los lugares oscuros y fríos. Las moléculas de agua fueron detectadas en el cráter Clavius, uno de los más grandes visualmente desde la Tierra, en el hemisferio sur.
Y no es la primera vez, ni lejos, que se detecta agua en otra parte del Sistema Solar que no sea nuestro planeta.
Recientemente también un equipo de astrosos publicó una investigación sobre un océano subterráneo enorme en la Estrella de la Muerte, la luna Mimas de Saturno. En Europa, otra de las lunas, pasa lo mismo.
La cosa es que los asteroides son restos del proceso de formación planetaria por lo que sus composiciones y ubicaciones nos dan pistas bastante importantes sobre el origen de nuestra casa y el nuestro propio.