En la actualidad, se ha vuelto una necesidad estar conectado de forma constante a internet, ya sea para comunicarnos, encontrar información rápidamente, trabajar de forma más eficiente, realizar operaciones financieras o solo por entretenimiento, entre muchas otras funciones.
Es por esta razón que las personas buscar contratar la mejor conexión de internet en casa posible, que les permita alcanzar altas velocidades de navegación, baja latencia en la transmisión de datos y una buena estabilidad.
Pero, siempre pueden presentarse algunos problemas de conexión que para solucionarlos sea necesario ponernos en contacto con los equipos de atención al cliente; sin embargo, es posible disminuir considerablemente el impacto negativo, teniendo cierto conocimiento sobre los problemas más comunes de las redes de internet, sus motivos.
Características de un buen Internet
Para empezar es importante tener claro a qué características definen a un buen servicio de internet. Para empezar, es relevante mencionar que intentar establecer valores concretos para determinar cómo debe ser una conexión de internet de calidad es una labor sumamente difícil.
Esto se debe a que las cualidades de dicha conexión cambiaran según las exigencias individuales de los usuarios. Es decir, lo que una persona podría considerar como una conexión eficaz no necesariamente será aplicable para otros. No obstante, es factible proponer algunos estándares generales que podrían funcionar como referencias para determinar la calidad del servicio de internet disponible en nuestra zona
- Velocidad: esta debe ser adecuada para que múltiples usuarios puedan llevar a cabo diversas tareas al mismo tiempo sin sobrecargar la red. Para ello debemos considerar que al menos se necesitan 10 Mbps por cada persona conectada, para que esta pueda hacer uso de las aplicaciones más comunes, por lo que a mayor número de personas y mayor uso de herramientas digitales, la velocidad contratada deberá incrementar de igual forma.
- Estabilidad: una buena conexión a internet debe mantener una velocidad constante sin experimentar cambios abruptos ni interrupciones frecuentes que puedan perjudicar la conexión. Por lo tanto, es fundamental examinar las opiniones de otros usuarios en nuestra región, a fin de obtener una perspectiva general acerca de la calidad del servicio antes de tomar la decisión de contratarlo.
- Baja latencia: la latencia se refiere al lapso que requiere una señal para desplazarse de un lugar a otro dentro de la red. Un servicio de internet de calidad debe presentar una latencia que se mantenga en niveles inferiores a los 100 ms, ya que esta cifra se considera el umbral máximo aceptable. Esta es una característica muy importante a tomar en cuenta al elegir un proveedor y es recomendable indagar acerca de la latencia específica en la zona antes de hacer una contratación.
- Ancho de banda: a pesar de que a menudo se confunde ancho de banda con velocidad, es importante notar que la latencia y la velocidad son conceptos diferentes. El ancho de banda se refiere a la cantidad de datos que se pueden transmitir en un intervalo de tiempo específico, mientras que la velocidad se relaciona con la rapidez con la que estos datos viajan. En la actualidad, el requisito mínimo para aplicaciones básicas, como el envío de mensajes de texto o la visualización de imágenes en calidad baja, es de 5 Mbps. En consecuencia, a medida que aumenta nuestro uso de herramientas digitales, será necesario contar con un ancho de banda mayor para satisfacer nuestras necesidades.
Problemas más comunes de internet y sus soluciones
- Velocidad lenta: La percepción de lentitud al navegar en línea es una de las quejas más comunes entre los usuarios, y esto se debe a que tanto la velocidad como el ancho de banda suelen ser insuficientes para un rendimiento óptimo.
Para abordar esta cuestión, resulta fundamental verificar la velocidad que hemos contratado y llevar a cabo una prueba para comprobar si realmente estamos recibiendo el nivel que acordamos. En caso de que el resultado sea inferior a lo esperado, es crucial presentar una reclamación para que se realicen los ajustes necesarios.
Por otro lado, si la velocidad recibida coincide con la establecida en el contrato, podemos considerar dos opciones. En primer lugar, basándonos en los valores estándar para ancho de banda y velocidad, podemos determinar cuál sería la velocidad más adecuada según nuestras necesidades. En segundo lugar, podríamos contemplar la posibilidad de reducir la carga de dispositivos o actividades en línea que podrían estar afectando el rendimiento.
- Conexión intermitente: las interrupciones en la conexión son extremadamente frustrantes, sin importar la actividad que estemos realizando, pues como ya mencionamos, estas interrupciones pueden tener consecuencias graves, incluso llevándonos a perder información importante. Por lo tanto, para abordar esta situación, es importante primero asegurarnos de que nuestros dispositivos y el software que empleamos estén actualizados. Este paso es fundamental, ya que el progreso tecnológico conlleva la creación de herramientas más eficientes que no siempre son compatibles con tecnologías más antiguas, lo que puede provocar mal funcionamientos.
En caso de que nuestros dispositivos estén al día, el siguiente paso es comunicarnos con nuestro proveedor de servicios y reportar la falla. Ellos podrán asesorarnos sobre posibles soluciones que podamos implementar desde casa o si es necesario que un técnico intervenga para reparar la avería.
En algunas ocasiones, incluso después de reportar el problema, este no se resuelve por completo. En este escenario, la opción más adecuada podría ser considerar cambiar de proveedor, pues a veces, las interrupciones son resultado de un mantenimiento deficiente o de una infraestructura desactualizada por parte del proveedor, lo que hace que no puedan brindarnos el servicio que necesitamos, a pesar de los esfuerzos por resolverlo.
- Interferencias en la señal: en el contexto de las redes inalámbricas, los problemas de conexión no siempre se originan debido a fallos en la infraestructura del proveedor o a la falta de actualización de los dispositivos. En ocasiones, estas dificultades surgen debido a interferencias causadas por electrodomésticos o incluso las redes inalámbricas de los vecinos.
Para resolver esta situación, es aconsejable ubicar el módem en un lugar alejado de dispositivos como radios, microondas, refrigeradores y otros aparatos eléctricos que puedan generar campos electromagnéticos. Otra alternativa sería considerar la contratación de un servicio de fibra óptica, dado que su naturaleza lo vuelve inmune a este tipo de interferencias. Además, los módems que operan a través de cables de fibra óptica pueden operar en distintos canales, lo que resulta beneficioso si la interferencia proviene de las redes de los vecinos. En este caso, cambiar a un canal menos congestionado podría solucionar el problema de interferencia.
- Mala cobertura: otro problema común en las redes inalámbricas es la falta de cobertura en ciertas áreas de una vivienda o negocio, debido a que las señales de los módems se debilitan al encontrarse con obstáculos como objetos y paredes.
La solución más eficaz para este inconveniente suele ser la instalación de repetidores de señal, dispositivos diseñados para captar las señales débiles y amplificarlas. Sin embargo, estos repetidores crean redes adicionales, lo que ocasiona un mayor ruido e interferencias con la red principal, además de requerir que los usuarios se conecten y desconecten al cambiar de habitación.
- Afortunadamente, en la actualidad han surgido nuevos dispositivos conocidos como sistemas de red Wi-Fi Mesh (malla), los cuales generan una red única compuesta por nodos que operan en sincronía. Esto permite a los usuarios desplazarse por un espacio manteniendo la conexión sin necesidad de cambiar entre redes, ya que la cobertura se extiende de manera uniforme a lo largo del área de uso.